Bizcocho de chocolate extra esponjoso

Empezamos precalentando el horno a 200ºC y a continuación empezamos con la elaboración del postre.

Para ello tendremos que fundir el chocolate (troceado previamente) al baño maría pero sin removerlo.

Cuando ya esté derretido lo dejamos al baño maría (muy flojo); lo justo para que se mantenga líquido.

En otro recipiente batimos con la máquina eléctrica la mantequilla con el azúcar; cuando la masa resultante sea homogénea añadiremos el huevo sin dejar de batir en ningún momento.

Pasados 3 minutos añadiremos la miel y seguiremos batiendo otros 3 minutos más.

Por último añadiremos la harina tamizada y lo mezclaremos todo concienzudamente.

En este punto recuperamos la masa de chocolate que hemos hecho al principio. Calentamos y mezclamos bien la leche con el azúcar para poder agregarla a la pasta líquida de chocolate. Además le añadiremos la vainilla y seguiremos removiendo.

En un proceso aparte, montaremos las claras a punto de nieve y las verteremos poco a poco en la masa sin dejar de remover pero con cuidado para que no baje.

Cuando ya lo tenemos bien mezclado, vertemos la pasta resultante en un molde y lo horneamos unos 40 minutos, primero a 200ºC y los últimos 10 minutos (aprox.) bajamos la temperatura a 180ºC.

Una vez esté frío lo serviremos con un sirope hecho por nosotros mismos a partir de un procedimiento muy sencillo. Calentamos 100 ml. de nata líquida y la mezclamos con una cucharada de cacao en polvo (si queremos que el sirope tenga más cuerpo le agregamos más cacao).

Finalmente emplatamos el bizcocho chocolate decorándolo con el sirope de cacao. Una sugerencia para la decoración y el emplatado es agregar algún tipo de fruta para darle el toque de color visual, pero también el contraste de sabor. Nosotros hemos elegido las guindas, pero las fresas, los arándanos o las moras también son una buena elección para este pastel.