Los brownies de chocolate blanco, también conocidos como blondies, son toda una delicia para los amantes de este tipo de chocolate. La receta es muy fácil de preparar, aunque para lograr la textura y el punto justo de dulzura debes seguir los pasos que te explicaremos en este artículo.
De hecho, su original textura es uno de los grandes alicientes de este tipo de brownie. En un solo mordisco, apreciarás cómo se rompe la ligera capa crujiente del exterior y se apodera de tu paladar el tacto suave y jugoso del interior. Todo ello, mientras te encuentras pequeños trocitos de chocolate blanco e incluso de nueces, si deseas añadirlas en la receta.
- 200 g chocolate blanco para postres sin azúcar.
- 3 huevos.
- 115 g mantequilla.
- 75 g harina.
- 100 g azúcar.
- Un puñado de nueces.
Recomendamos que el chocolate blanco que elijas sea para postres, también llamado “para derretir”, ya que contiene una mayor cantidad de manteca de cacao. De esta forma, se funde obteniendo la textura que queremos lograr en esta receta.
Además, aconsejamos que el chocolate blanco sea sin azúcares, ya que le añadiremos azúcar aparte y no queremos que nos salga demasiado dulce. Para calcular mejor la cantidad del chocolate y para que no tengas que partirlo, también puedes optar por gotas de chocolate blanco para postres.
- Precalienta el horno a 180 °C.
- Trocea 100 g de chocolate blanco y fúndelo al microondas o al baño maría junto a la mantequilla. Ten en cuenta estos trucos para evitar que se te endurezca al instante. Una vez derretido, déjalo atemperar.
- Pon los huevos y el azúcar en un recipiente alto y bátelo con unas varillas, preferiblemente eléctricas, hasta que queden espumosos y haya aumentado un poco el volumen.
- Cuando el chocolate fundido esté tibio, tirando a frío, añádelo al recipiente con los huevos y el azúcar.
- Pon en ese recipiente también la harina y, con una espátula, mézclalo todo con movimientos envolventes hasta crear una masa homogénea.
- Añade las nueces troceadas y peladas, así como trocitos de chocolate blanco.
- Forra un molde para horno con papel vegetal y unta un poco de mantequilla para evitar que el brownie se pegue.
- Vuelca la masa en el molde y hornea durante unos 30 minutos. Con un palillo, puedes pinchar el brownie para comprobar que la parte interior está hecha. Si sale seco, es momento de sacarlo del horno y dejarlo enfriar.
Antes de servirlo, te recomendamos cortarlo en cuadraditos y calentarlo unos 15 segundos en el microondas, ya que tibio está todavía más delicioso. ¡Tanto los mayores como los más pequeños de la casa lo disfrutarán!
