Las trufas de chocolate representan una de esas delicatessen que gustan a todo el mundo, tanto a mayores como a pequeños. Elaboradas a partir de una mezcla cremosa de chocolate, nata y mantequilla, este postre originario de Bélgica recibe su nombre por el parecido que mantiene con la seta llamada trufa. Aunque solemos relamernos con las trufas de chocolate negro, también pueden utilizarse otras variedades a la hora de cocinarlas. ¡Manos a la obra!
- 75ml de nata líquida 35% m.g.
- 20gr de mantequilla
- 200gr de chocolate blanco para fundir Torras
1️⃣ El primer paso es hacernos con un cazo y poner a calentar la nata con la mantequilla, a fuego lento, hasta que comience a hervir. En este punto retiramos del fuego y añadimos el chocolate troceado hasta que éste se derrita completamente. Si queréis también podéis añadirle unas gotas de alcohol, como ron o Baileys.
2️⃣ Cuando tengamos la mezcla lista, la dejamos enfriar en la nevera durante al menos 3 horas.
3️⃣ Cabe destacar que, cuanto más fría esté la mezcla, mejor textura adquirirán nuestras trufas y más fácil lo tendremos a la hora manipularlas. En este punto, con una cuchara, comenzamos a pellizcar porciones de la masa y con ellas hacemos bolitas. Verás que la primera es muy fácil de hacer y las últimas, no tanto; para evitarlo, haz una primera tanda, vuelve a enfriar la masa, y al rato continua con la tarea.
4️⃣ A la hora de decorarlas podemos rebozar las trufas en azúcar en polvo, en coco rallado o en frutos secos troceados. Cuando estén acabadas, las reservamos un rato más en la nevera hasta la hora de servir.
¡A disfrutarlas!
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